Una Cultura orientada al aprendizaje:
- Fecha: 16 de Noviembre del 2015
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Cuando se aborda el término “cultura” en una organización, se comprende el conjunto de suposiciones, creencias, valores y normas que comprometen y aceptan los individuos de la empresa. Estos elementos culturales, son calificados por los empleados de un grupo de trabajo de tal manera que los adoptan y los hacen propios como parte de los hábitos en los que interactúan diariamente al realizar las actividades laborales, siempre y cuando hayan sido previamente difundidos, explicados y compartidos.
De esta manera establecer una cultura orientada al aprendizaje, implica primeramente, identificar el conjunto de: conocimientos, habilidades, técnicas, valores, creencias, y actitudes, que estén enfocados a darle sentido al trabajo y permitir el enfrentamiento a los cambios e incertidumbre del entorno, además de evitar los errores susceptibles a ocurrir en el desempeño de sus funciones.
Los individuos tendrán el sentido de desarrollar sus competencias dentro de un ambiente de confianza e intercambio de información colaborativa, sosteniendo creencias y normas de desempeño que fundamentan su razón de crecimiento.
Para lograr estos hábitos de aprendizaje y crecimiento, es necesario considerar a la comunicación como un medio para que los integrantes de la empresa difundan la ideología organizacional que los distingue, así como, transmitan conocimientos a través de símbolos y actitudes que enriquecen el desarrollo de competencias individuales y colectivas.
En una organización donde sus colaboradores tienen estructurado un sistema de significados compartidos, la orientación cultural hacia el aprendizaje, estará constituido por técnicas e instrumentos que: faciliten la sensibilización de la realidad que atraviesan en ese momento, y orienten las acciones para adaptarse a ella.
Al establecer mecanismos de aprendizaje organizacional, es necesario considerar elementos culturales de la empresa con el propósito de generar una apropiación de identidad por parte de sus miembros. Uno de estos elementos son los valores compartidos que ayudarán tanto a detectar, como corregir errores, y promover el aprendizaje colaborativo.
La filosofía que transmite el aprendizaje organizacional favorece el involucramiento del talento y competencias de todos los trabajadores de la empresa, ante este hecho, se requiere que el rol gerencial cambie a un rol de entrenador hasta el punto en que los colaboradores adquieran facultades para facilitar su participación en las actividades de trabajo.
Por lo tanto, para establecer una cultura orientada al aprendizaje, se deberán considerar las siguientes acciones a realizar:
a) Crear hábitos y costumbres que promovidos por el personal de mando, establezcan un ambiente de apoyo, armonía y colaboración.
b) Valorar la retroalimentación para establecer sugerencias que enriquezcan el aprendizaje e innovación.
c) Aprovechar la energía de las personas para el trabajo conjunto, resolución de problemas y planteamiento de mejoras.
d) Incentivar y orientar el potencial de los individuos hacia el trabajo cohesionado y hacia la generación de valor agregado en: productos, procesos y servicios.